CUENTOS CORTOS


El Cuento corto volvió…
Por Enrique Momigliano
Contacto:
desafiopoetico@yahoo.com.ar

Me gusta mas la poesía, pero mis primeros escritos fueron cuentos. Hace décadas que no escribía uno hasta que el otro día, reflexionando de a dos, me convencí que valía la pena intentarlo. Al fin y al cabo no es más que otra forma de expresarse. Y después de escribir los dos que siguen debo aceptar que permite otro juego, mucho más difícil en la poesía: el secreto, la parábola, el final abierto, la múltiple interpretación. Espero que les guste y sobre todo que se emocionen tanto como yo al escribirlos, pues de eso se trata este rincón y si los leemos con cariño verán cuanto de poesía también anida en un cuento.

1. LA MISION

Uno de las tantas preguntas sin respuestas que la vida me plantea con insistencia es la siguiente: ¿Por qué cuando necesito ayuda siempre la recibo de quien menos la espero y cuando quiero ayudar a alguien que me ayudó antes, jamás lo consigo?
Solo me consuela saber que a muchos amigos les sucede lo mismo y no tengo más respuesta que el carácter paradójico que muchos sabios le otorgan a la existencia.
Quizás el retrato mas apropiado de lo que quiero decir lo logró Polanski en su soberbio film El Pianista, -basado en una historia real-donde el personaje es salvado por un oficial nazi a quien cuando él quiere ayudar , por haber caído preso del ejercito soviético, no logra hacerlo. A mi me gusta pensar que es la manera que tiene el de arriba de decirnos que la cosa no es de a uno sino es de a todos. Hay que ayudar al que te pide que cuando necesites alguien te va a ayudar.
Pero uno es terco y sigue intentando. Aunque sea difícil hay que intentarlo. Imagínense ustedes sabiendo que alguien a quien le deben la paz y la alegría se encuentra triste y apagado. ¿Que harían? Van los cuentos…

©LA MISION
Autor: Enrique Rafael Gabriel Momigliano
10 de Mayo de 2007

la mision

Una horrible intuición lo despertó. Pese al penetrante frío que reinaba en la habitación se incorporó, salio del lecho y se aproximo a la ventana. Tras correr la cortina comprobó que la horrible intuición se había convertido en una horrible realidad.

Sin una queja, resignado a su suerte comenzó a vestirse bajo la atónita y preocupada mirada de su único compañero por años: su perro, viejo como él.

El viento y la lluvia hermanados no cesaban de golpear violentamente los postigos y puertas de su humilde pero estoica vivienda, acostumbrada a tempestades peores que esa.

Se calzó las botas y se enfundó en el grueso capote a prueba de diluvios. Con toda su fuerza abrió la puerta y salio a la intemperie a vérselas con su adversario,el temporal.

Un paso obligó al otro y aunque la lluvia helada taladraba su curtido rostro, en un tiempo escaso salvó la distancia que separaba su refugio de la erguida edificación que lo aguardaba ansiosamente. Volvió a juntar fuerzas, empujó la puerta y entró.

Aliviado, la cerró tras de si y pudo sacarse el pesado capote y resoplar un poco. Le quedaba un camino cuesta arriba. A esa hora de la noche la inmensa escalera parecía un poco más alta y sus piernas un poco más pesadas, pero no se amedrentó.

Un escalón siguió al otro durante un tiempo que pareció eterno. Apeló a todos sus recursos, malos y buenos, viejos y nuevos, conocidos y a estrenar, para que el sueño y sus ancianas rodillas no lo traicionaran en el viaje. Y subió, subió y subió. Sin fuerzas físicas, solo con las del corazón pudo llegar a destino. Descansó un segundo en la fría y solitaria plataforma y con un nuevo resoplido acometió la tarea que tenia por delante con renovados bríos e increíble fe.

Una hora después su misión estaba cumplida. Sin ganas ni fuerzas para emprender el retorno, se desplomó al pie de su obra y cayó en un sueño profundo pero hermoso, con una serena e inconmensurable alegría que le desbordaba el corazón.

Cuentan los marinos que esa noche el viejo faro alumbró como nunca. Y nadie sabe porqué.

2. LINEA DE LLEGADA

OH L’amour!!!. “El centro del amor no siempre coincide con el centro de la vida” dice mágicamente Roberto Juarroz, y tiene razón. Es difícil que lo haga y suele dejar a sus protagonistas estaqueados en la mitad del patio cuando ya tienen historias armadas, muy armadas como para tirarlas por la borda.

A veces uno se anima y el otro no, pero puede darse que el amor siga golpeando la puerta con tanta insistencia que se torne imposible para los dos seguir ignorando su llamado. Y ahí solo Dios sabe que puede pasar, pero va cuento sobre el tramo final del camino de dos que se animaron.

©LINEA DE LLEGADA
Autor: Enrique Rafael Gabriel Momigliano
9 de Junio de 2007

ruta

Por vigésima vez sonó su celular. De reojo miro el número y no atendió. El frío reinante y el sueño indomable le pedían máxima concentración. Suspiró y aceleró más. A sus espaldas una tenue luz anunciaba el cercano e inevitable amanecer. El camino sinuoso y desierto no podía distraerlo de la jauría de pensamientos que se agolpaban en su mente. Y la belleza de las montañas, que recortaban su silueta por doquier, era inútil para calmar la ansiedad que insistía en acelerar sin freno los latidos de su corazón. Era un hombre en fuga. Hacia apenas doce horas que había tomado la decisión mas importante de su vida, que podía ser vista como la mas osada o la mas cobarde al mismo tiempo. Se sentía en plena grieta, en un paréntesis del tiempo y de la vida, abierta inmensa entre el deber ser y el anhelo. Una sola cosa estaba clara: no había retorno, había saltado sin red.

Para escaparle al frío ella revolvía con impaciencia su décimo café. Sus ojos fijos en el camino que apenas se adivinaba en la incipiente aurora y tras el vidrio empañado. Eran inútiles todos sus esfuerzos por acallar esos latidos que le retumbaban en los oídos. El tremendo sueño fracasaba frente a la emoción que, excitada al extremo hacia correr lágrima tras lágrima por su gélida mejilla. Cuando por fin lograba sacar los ojos de la ventana, impenitentes insistían en detenerse en el celular, solo para volver a preguntarse una vez más: ¿llamo o no llamo? Siempre decidía que no. Esperaba segura pero desesperaba impaciente. Le parecía estar viviendo un sueño y temía despertar. Tanto tiempo, tantas dudas, tantos miedos, tantos encuentros y desencuentros y ahora ahí, a escasos momentos todo seria una realidad.

Apenas dominando sus desatadas emociones aceleró el tramo que sabia final, como los caballos que saben que están volviendo a su tranquera, él sabia que llegaba al hogar. Extranjero y viajero por tantos años, vagabundo errante, noctámbulo perdido, sobreviviente de infinitas tempestades, por fin se acercaba a su lugar en el universo.

El dolor y la culpa no lo dejaban en paz, pero demasiado había sufrido como para seguir dudando. Ella miro el reloj, la hora convenida se cumplía en segundos. Hacia apenas dos horas que al amparo de la noche se había escurrido, casi como una sombra de toda seguridad conocida, de todo amparo anhelado, de toda ficticia felicidad construida. No tenia edad para aventuras, ella no huía, también ella volvía al hogar.

El sol tibio pero inmaculado iluminaba la escena y dejaba ver las montañas perezosas y el río que penetraba con su murmullo el silencio reinante. Se movieron lentamente, con la sonrisa iluminándoles el rostro y el gozo desbordando el corazón. Decir algo hubiera sido romper la magia y en esa mañana de sol con frío, al borde del río y al pie de la montaña, se fundieron en un abrazo y se fueron juntos caminando, no importa donde , no importa a que. Ambos sabían que habían llegado.

Published in: on julio 1, 2007 at 3:19 am  Comments (7)  

The URI to TrackBack this entry is: https://sociedadpoetica.wordpress.com/2007/07/01/cuentos-cortos/trackback/

RSS feed for comments on this post.

7 comentariosDeja un comentario

  1. Me gustó y no soy del género, vale doble
    un abrazo

  2. Te felicito, mi comentario tecnico no tiene valor, dada mi poca experiencia en la lectura, solo puedo decir dos cosas, 1) bien por animarte y expresar en letras tus sentimientos y 2) A pesar de no entender sobre el tema, puedo decir que me llegaron. Un abrazo

  3. me fasinaron tus poemas : «amigo» y «desencuentro» espero toparme con más frecuencia con tus escritos ciertamente eres muy talentoso, que sigas escribiendo tan bello como lo haces y gracias por compartir tu talento. felicitaciones

  4. Hola Enrique .Hoy la vida me presento tu blog.En muchísimas oportunidades he pensando que a los seres humanos nos invaden sentimientos parecidos y existe alguien que se encarga de ponerle «palabras».
    Son caricias al alma las buenas palabras.Sentí mucho placer encontrar ,hoy,éstas caricias.
    Un beso
    Marta

  5. nesecito el poema «poesia poetica a juarez» (Los hombres tocaban la luz del derecho…)de rafael carvajal cortez. si alguien lo tiene favor de enviarmelo, urge, se lo agradecere eternamente,

    • Curiosamente «Apología, poetica Juárez» es una poesía muy buscada, tengo casi la poesía completa, pero me faltan frases. No se si te interese o ya la conseguiste, si es asi hazmelo saber.

      • A mi si me interesa si es que aun la tuviera por favooor siii??


Replica a Aldo Alejandro Gaytán Balcázar Cancelar la respuesta